Cuatrocientos mil zánganos
ladrones
se han hecho los dueños de la colmena,
se han zampado la miel de la alacena,
¡ni migas han dejado, los mamones!
Mas sí nos han dejado, los cabritos,
cayendo sin paraca y en barrena
y endeudados por juerga tan obscena
y sin perras ni en Cajas ni en cajones.
Ellos siguen fardando con sus coches,
tarjetas, sueldos, móviles, pillaje…,
por más que es provocativo ultraje
seguir como si tal con sus derroches.
¡Tu hambre es la que paga el pendolaje
de esta indigna pandilla de fantoches!
se han hecho los dueños de la colmena,
se han zampado la miel de la alacena,
¡ni migas han dejado, los mamones!
Mas sí nos han dejado, los cabritos,
cayendo sin paraca y en barrena
y endeudados por juerga tan obscena
y sin perras ni en Cajas ni en cajones.
Ellos siguen fardando con sus coches,
tarjetas, sueldos, móviles, pillaje…,
por más que es provocativo ultraje
seguir como si tal con sus derroches.
¡Tu hambre es la que paga el pendolaje
de esta indigna pandilla de fantoches!