Se nos va hacia Rusia el señor
Mas
para hacerse una foto, ¡nada
menos!,
delante de los bulbos
macarenos
del Kremlin, Plaza Roja y lo
demás.
Al saberlo Putin, el mandamás
heredero de Zares y Comnenos,
deja presto la Sala de los Plenos
corriendo como no se vio
jamás:
sus talones daban en la
culera,
en pos de sí dejábase su
sombra,
¡tan rauda y veloz era su
carrera!;
llegado ante Arturito, la
sesera
agacha y, postrado en la
alfombra,
de emoción rompe en muy brava
llorera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario